Descripción
En el tranquilo rincón de una antigua calle adoquinada, se alza una singular casa que parece haber emergido de un cuento de fantasía. La magia que emana de su apariencia enmarca esta vivienda, con su fachada desgastada por el tiempo y adornada con variada vegetación. Su particularidad más destacada es un reloj con un gato moviéndose en la ventana principal. La creación y elaboración de este reloj casa bruja con movimiento en cerámica con gres de alta temperatura, sometido a una cocción a 1200 ºC, lo transforman en un testimonio del arte y la habilidad que han intervenido en su concepción.
La dueña de este mágico refugio se encuentra sentada en una piedra en el exterior de la casa o directamente en el suelo. Ella es una bruja de cabellos plateados y mirada penetrante. Con un aire de misterio que la rodea, sostiene con cariño a un gato, a veces negro, en sus brazos. El pelaje de este gato contrasta con los tonos blancos de porcelana que decoran la fachada. La conexión entre la bruja y su fiel compañero felino parece ir más allá de lo mundano. Parecen compartir antiguos secretos y entender los susurros de la naturaleza circundante.
Sin embargo, a pesar de que la casa presenta signos de decadencia, lleva consigo una belleza singular que solo puede ser otorgada por la magia. Enredaderas trepan por las paredes, mientras que pequeñas flores silvestres emergen de las grietas y los rincones disponibles. Así mismo, los óxidos y engobes empleados en la decoración revelan la destreza artística con la que se ha pensado y ejecutado cada detalle.
Resumen
El reloj casa bruja con movimiento con la figura de un gato en la ventana, junto con la bruja y su enigmático felino en los brazos, se convierten en piezas clave de esta escena que parece haber escapado de un sueño. Esta imagen cobra vida en una sinfonía de elementos cerámicos, colores y formas, como si la magia de la cerámica hubiera dado vida a una narrativa cautivadora y etérea.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.